Por naturaleza tu y yo somos movimiento, actividad, acción. Nuestras células, órganos, pensamientos, emociones, son energía circulando…
De ahí que todo lo que nos inmoviliza, va en contra de nuestra naturaleza y tiende a colapsarnos.
A menudo, somos nosotros mismos los que actuamos en contra de nuestra esencia, quedándonos atrapados en pensamientos repetitivos o impidiendo el flujo normal de algunas emociones, causando acumulaciones nocivas para nuestra armonía y para nuestra salud; acumulaciones que, de no ser liberadas, pueden quedarse en nuestra memoria generando perturbaciones inconscientes durante mucho tiempo.
Así que la invitación es a comprender que nuestras experiencias de vida, son energía que pasa a través de nosotros y, dado que su esencia es movimiento, nos resulta benéfico convertirnos en facilitadores de ese movimiento.
Y tu: ¿Cómo facilitas que se mueva la energía que pasa a través de ti?
Escríbeme. Me encantará leerte…