La voz es vibración, es energía en movimiento y podemos usarla, entre otros, para comunicar, crear y transformar.
En las culturas antiguas, este poderoso instrumento que hace parte de la maravillosa tecnología de nuestro cuerpo, fue el utilizado para conservar y transmitir la sabiduría antes de que se inventara la escritura. Y precisamente eran los chamanes, ancianos y líderes espirituales los encargados de hacer esta labor; y a la palabra se le daba una connotación sagrada.
Con frecuencia, nos olvidamos de la sacralidad de nuestra voz y la usamos para juzgar o maltratar a otros sin ser conscientes del daño que estamos causando. Como bien dice el Dr. Miguel Ruiz en su libro Los Cuatro Acuerdos, con el mal uso de las palabras hacemos magia negra, muchas veces sin darnos cuenta.
También es posible que nos cueste sacar nuestra voz y esto generalmente está asociado con traumas, memorias y/o programas alojados en nuestra mente. En este caso es muy importante que realicemos el trabajo interior, que nos ayude a descubrir y transformar aquello que nos ha silenciado.
Hoy te invito a preguntarte:
¿Cómo usas tu voz?
¿Reconoces su valor?
¿Aprovechas todo su potencial?
¿Te expresas con autenticidad?
En mi caso, he encontrado que había en mi cuerpo muchos programas inconscientes y memorias de traumas de otros tiempos que habían “congelado” mi voz. Afortunadamente, el proceso de darme cuenta de mis limitaciones me ha ayudado a transmutarlas y a conectar con mi potencialidad.
¿Sientes que tu voz no se está expresando con todo su potencial?
¿Te gustaría descubrir aquello que ha apagado tu voz?
Con gusto te acompaño…