Durante mucho tiempo se nos ha indicado rechazar y evitar aquello que nos resulta incómodo y esto lo podemos encontrar hasta en el famoso poema Desiderata, en la frase “Evita a las personas ruidosas y agresivas, ya que son un fastidio para el espíritu”.
Reconozco que durante mucho tiempo seguí estas indicaciones, pero en mi proceso de trabajo interior, he aprendido que todo lo que aparece de frente en mi camino, trae un mensaje para mí y cuando lo rechazo, estoy cerrándole la puerta a nuevas posibilidades, pues las riquezas se encuentran aún en medio del lodo.
¿Qué tal si la próxima vez que una persona ruidosa se ponga enfrente de ti, en lugar de evitarla, escuchas lo que tiene para decir, tomas lo que te sirva y desechas lo inarmónico?