Esta semana se celebra en mi país, Colombia, el día del Maestro y quiero invitarte a reflexionar acerca de la gran responsabilidad que conlleva este rol.
Para empezar, encuentro que la palabra Maestro proviene del latín Magister, que significa “el que está más experimentado en una actividad y por eso puede enseñar a otros”.
De acuerdo con esta definición, todos actuamos en algunas ocasiones en el rol de maestros y otras en el rol de alumnos. Generalmente nuestra experiencia se centra en una determinada área de la vida y eso nos lleva a elevar nuestro aprendizaje en dicha área, por lo que podríamos decir que somos o podemos ser maestros de otros con menos experiencia y/o conocimiento en dicha área.
Y la gran responsabilidad va asociada a la tendencia que traemos los alumnos a idealizar a las personas que desempeñan este rol de Maestro, especialmente cuando somos niños. Antes de los 7 años, el niño toma todo como cierto porque aún no se ha desarrollado su cerebro analítico. Y todo lo dicho por el maestro es tomado como cierto por su inconsciente. Y esta es la causa de muchas limitaciones inconscientes.
Una vez adultos, también encontramos tendencia a tomar como cierto todo aquello que nos suene bonito, debido a una especie de “pereza mental”, que nos lleva a no cuestionar. Y así encontramos muchos alumnos que toman como verdadero todo lo que ha dicho algún Maestro.
Es importante que recordemos que los Maestros, al igual que la mayoría de los humanos, estamos avanzando de un orden menor hacia un orden mayor y por tanto somos seres cambiantes, no terminados, en constante actualización y de ninguna manera tenemos la verdad absoluta.
En ese sentido, resulta muy valioso traer a colación lo que dijo uno de los Budas a un grupo de personas:
“No creas lo que yo digo simplemente porque lo dice Sakyamuni, el ser iluminado; no lo creas porque está escrito en una escritura sagrada; no lo creas porque lo creen los demás y está de moda. Sé como el mercader de oro, que antes de comprar, lo raspa, lo raya, lo corta, para asegurarse de que es auténtico”.
Así que la invitación es:
Y tú ¿Qué opinas? ¿Estás dispuesta/o a estar al acecho de la información que te llega?